La incorporación de familiares a la empresa es un proceso típico de la empresa familiar. Curiosamente muchas veces no se le da la importancia que merece y se hace de manera improvisada y “natural”, lo que aumenta las posibilidades de conflictos y frustración de expectativas.
Definir y establecer requisitos de ingreso, de formación académica y experiencia laboral, es el primer paso. Desarrollar un plan de inducción, de carrera y formación, es el segundo. Asignar tareas, roles y responsabilidades definidas, es el tercero. Establecer objetivos y metas por los que puedan ser evaluados en sus desempeños, es el cuarto. Formación y desarrollo continuo de las capacidades directivas, es el quinto.
En definitiva, para conseguir que la incorporación de familiares a la empresa sea exitosa, se recomienda establecer ciertos requisitos y reglas a las que deberán someterse los familiares que deseen ingresar a la empresa. Estas reglas se vuelven más importantes cuando hay varios familiares trabajando en la empresa y se hace necesario identificar y asignar el nuevo liderazgo.
La evaluación objetiva del desempeño de los familiares en la empresa no sólo los ayuda a mejorar sus desempeños y lograr los objetivos, sino también es la forma más segura de conseguir que la empresa contará en el futuro con la dirección y liderazgo familiar que permita su continuidad.
Otro aspecto no menos importante de cara a la continuidad de la empresa, es la formación de los familiares que se incorporarán a la empresa como socios o accionistas. El conocimiento de los derechos, deberes y responsabilidades que tienen como tales, así como un conocimiento razonable de las actividades y realidad de la empresa resultan de vital importancia, no solo para sostener los planes a largo plazo, sino también para evitar posibles conflictos.