Las personas y las familias tienen un ciclo de vida inexorable, inevitable y por ende, también previsible. Las empresas también tienen un ciclo de vida que está relacionado con su capacidad de adaptación y visión del mercado donde actúa.

Planificar la sucesión en la empresa familiar tiene que ver con su continuidad; y el deseo de la continuidad de la empresa en poder de la familia empresaria es uno de los aspectos que tipifica a la empresa familiar.

La planificación de la sucesión es un proceso de reflexión sobre el futuro deseado de la empresa y la familia. Tiene que ver con la visión de la empresa, los valores que se desean mantener y conservar (cultura empresarial) y el pensamiento estratégico (partiendo de donde estamos hoy, dónde deseamos estar mañana, y cómo vamos hacer para llegar ahí).

La planificación de la sucesión en la empresa familiar tiene 3 temas fundamentales: la sucesión en el gobierno de la empresa, la sucesión en la gestión o gerenciamiento de la misma, y la sucesión en la propiedad. Son temas sobre los que hay que pensar si se desea la continuidad de la empresa familiar.

“La planificación a largo plazo no se refiere a las decisiones futuras, sino al futuro de las decisiones actuales” (Peter Drucker).

Este proceso permite identificar y evaluar las alternativas para hacer posible la continuidad de la empresa familiar.

¿Cuándo hay que comenzar a planificar la sucesión? Cuanto antes mejor, porque la sucesión no es un hecho sino un proceso que no solo requiere la preparación de los sucesores, la de aquellos que se van a retirar o salir del día a día de la empresa, sino también de la familia.

Por último, en esta etapa de planificación también hay que pensar y desarrollar un “plan de contingencia” para afrontar hechos o circunstancias imprevistas como los fallecimientos o las enfermedades graves, de manera que la familia y quienes dirigen la empresa sepan lo que tienen que hacer ante estos acontecimientos.